En primer lugar se puede acudir a un médico de atención primaria, a quien se le expone el caso, el mismo se encargará determinar si es preferible referir al paciente al psiquiatra o psicólogo, aunque igualmente es posible acudir directamente al especialista.
Si tienes un familiar que presenta una crisis de ansiedad por primera vez, manifiesta que se siente afectado por su vida laboral o académica y repentinamente prefiere aislarse, puedes considerar por llevarlo en primer lugar al psicólogo.
Aunque, si su comportamiento ha sido reiterativo, quien constantemente presenta agresividad o inestabilidad emocional, y físicamente se observan ciertos síntomas inusuales como temblores, sudoración o salpullido, se recomienda acudir directamente a un psiquiatra, quien se encargará de establecer si efectivamente es una enfermedad mental lo que está padeciendo.
Por otro lado para las personas que padecen enfermedades crónicas, como cáncer o cardiopatías, al igual es preferible que sean tratados por psiquiatras, dependiendo del avance de la enfermedad, al estar especializados directamente en las patologías y conocen en materia cómo es el manejo de un paciente que padece dicha enfermedad.
Dependiendo de la magnitud de la problemática planteada dependerá la colaboración conjunta entre ambos especialistas, ya que el profesional médico se encargará de recetar los fármacos respectivos, y el psicólogo de trabajar en el mejoramiento del bienestar cognitivo-emocional del paciente.
Un ejemplo muy claro, es observar los roles entre el psiquiatra o psicólogo desde una perspectiva en que se requiera la atención médica físicamente, ya que si presentamos dolores de espalda, automáticamente debemos ir al traumatólogo o fisiatra quien es el especialista médico que se encargará de tratar la dolencia, definiendo el tratamiento farmacológico. Pero, para que realmente podamos seguir con nuestras actividades cotidianas y recuperarnos rápidamente, no solo será posible con colocarnos la inyección o tomar una pastilla diaria, posteriormente iniciará el proceso de rehabilitación que será efectuado por el fisioterapeuta, quien se encargará de establecer las terapias adecuadas y ejercicios pertinentes para que así la sanación sea al 100% y se minimicen las recaídas.